La presión de un compresor de aire generalmente se determina en función de las necesidades específicas de la aplicación y se verá afectada por el entorno en el que se utilizará y las especificaciones del equipo. En términos generales, la presión del compresor de aire se puede dividir en los siguientes rangos:
Compresores de aire de baja presión: La presión de trabajo suele estar entre 0,7 y 1,2 MPa (megapascales), lo que equivale a 7 a 12 bar. El compresor de aire en este rango de presión es adecuado para algunas ocasiones en las que los requisitos de presión de aire no son demasiado altos.
Compresores de media presión: La presión de trabajo suele estar entre 1,2 y 3 MPa (megapascales), es decir, de 12 a 30 bar. Este es el rango de presión más común en aplicaciones industriales y puede satisfacer las necesidades de la mayoría de las herramientas y equipos neumáticos.
Compresores de aire de alta presión: La presión de trabajo suele ser superior a 3 MPa (megapascales), que es superior a 30 bar. Este tipo de compresor de alta presión se utiliza a menudo para aplicaciones industriales específicas que requieren presiones extremadamente altas, como algunos procesos de procesamiento o experimentos especiales.
Además, hay algunas áreas específicas que tienen requisitos específicos para la presión de los compresores de aire, tales como:
En el sector aeroespacial, debido a los requisitos muy altos para los componentes, es posible que se requieran presiones de aire más altas y que la presión de los compresores de aire exceda el rango de aplicaciones industriales generales.
En el campo de la atención médica y sanitaria, los compresores de aire se utilizan principalmente para la inhalación de oxígeno en salas, equipos dentales, mesas de operaciones y otros equipos, y el rango de presión del aire de salida es relativamente bajo, generalmente entre 0,7 y 0,8 MPa (7 a 8 bar), para garantizar los requisitos de flujo y pureza de los gases medicinales.
En general, el rango de presión de los compresores de aire es amplio y se debe seleccionar el nivel de presión adecuado de acuerdo con el escenario y las necesidades específicas de la aplicación. A la hora de elegir un compresor de aire, además de la demanda de presión, también hay que tener en cuenta factores como el tipo de equipo, las especificaciones, los requisitos del proceso y la eficiencia energética.